Esta propiedad se ha convertido en una leyenda en el Rosellón. A 20 kilómetros de Perpiñán, en medio de una gran zona de praderas, garrigas y bosques, este viñedo de 45 hectáreas se beneficia de un clima y una posición geográfica excelentes, donde el frescor de la altitud (150 a 300 metros) suaviza el calor del verano. Además, la región, bien conservada y todavía parcialmente salvaje, presenta un paisaje magnífico.