Propiedad familiar desde hace tres generaciones (familia Petit), el château ha experimentado una dinámica renovación desde la reestructuración del viñedo, los edificios y la modernización de las bodegas. El resultado es un vino moderno, rico y con una sorprendente relación calidad-precio. Intenso en nariz, flexible y afrutado en boca con taninos sedosos, el final continúa con notas especiadas y buena longitud.